viernes, 23 de noviembre de 2012

Decálogo Para Vivir Bien y Ser Feliz

UNO debe quererse a sí mismo y respetarse, solo así se puede hacer lo mismo con los demás.

DOS significa la suma de dos seres humanos individuales y libres respetándose y amándose tal y como es cada uno de ellos; sin pretensiones de cambios, ni dependencias. Enriqueciéndose emocionalmente uno al otro.

TRES son las palabras que deben guiarnos en todo momento, PACIENCIA, ACEPTACIÓN Y TOLERANCIA, solo así podemos ser felices.

CUATRO son las horas mínimas a la semana que debemos dedicar a cuidarnos y hacer ejercicio.

CINCO son las veces que debemos comer al día siendo el desayuno la más copiosa y la cena la más ligera

SEIS horas diarias de sueño mínimo y según cada uno, son las más recomendables para recuperarnos del día a día.

SIETE veces por semana (una diaria) son las veces que debemos dedicar a meditar y encontrarnos con nosotros mismos y nuestra paz interior.

OCHO horas de trabajo diarias son más que suficientes para tener un sueldo mínimo para vivir, debemos poder cubrir nuestras necesidades básicas de un techo, alimentación y vestido; todo lo demás si viene mejor, sino, no debe ser causa de frustración; al fin y al cabo todo va a quedar aquí cuando nos vayamos.

NUEVE veces perdonaremos sin es necesario a los demás, al mundo y a nosotros mismos, porque que no se nos olvide que errar es de humanos y todos lo somos.

DIEZ por diez veces nos recordaremos que lo importante siempre sucede HOY, AQUÍ, y AHORA, que el pasado no lo vamos a cambiar por mucho que lo recordemos y el futuro no existe; porque siempre es presente.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El Respeto no se gana, Se Tiene

A diferencia de hace algunos años, hoy vemos más casos de alumnos que cometen alguna falta de respeto hacia los profesores en la escuela. Antes, esto era impensable, porque aún cuando no aguantaran al profesor, sí lo respetaban.


Los hijos deben interiorizar desde la infancia que a todas las personas se les debe un respeto por su dignidad como seres humanos, diferente a la autoridad que cada uno emane por el cargo que ocupe dentro de la comunidad.


Así deben tratar con respeto a sus hermanos, a los abuelos, a los tíos, a la persona que nos ayude en casa, a a la cajera del supermercado…


Debemos explicar a los hijos, que en primer lugar, deben respetar al profesor por ser autoridad en el aula, independientemente de que éste sepa ganársela o no.


En todo trabajo, hay alguien superior a quien por su posición se debe un respeto por cargo. En el caso del estudiante su superior es el profesor.


Como ocurre en toda relación social, no toda persona será de nuestro agrado, como comúnmente se dice “me cae mal”. Pero esto no es motivo para faltar al respeto como persona al profesor “que no cae bien” y tampoco para dejar de lado la materia que éste imparte. Esta circunstancia podemos volverla a nuestro favor, explicando al hijo que es muy bueno aprender en la vida a convivir con personas de caracteres distintos o incompatibles con los nuestros. Hoy será en la escuela y en el futuro en un trabajo profesional.


La actitud proteccionista que en ocasiones, quizá de manera inconsciente, tenemos con nuestros hijos, los convierte en seres inseguros y poco objetivos a la hora de afrontar sus responsabilidades.

Si en casa saben lo que es el respeto y que no vivirlo conlleva consecuencias negativas, no les resultará extraño aplicar este comportamiento en el colegio.


Como toda persona, el profesor puede equivocarse. Es conveniente que sea el propio alumno quien solucione cualquier discrepancia; eso sí, con la educación y respeto debido. Debemos enseñar a nuestros hijos que, aunque perciban que tienen razón ante una actitud injusta de su profesor hacia ellos, por la autoridad que éste tiene dentro del aula no se le debe contestar en público. Más tarde que procuren aclararlo en privado.


No debemos seguir la corriente a los hijos cuando nos hablen de malos modos de algún profesor: Es diferente que, de manera objetiva, podamos reconocer que hay unos profesores más competentes que otros, pero siempre evitando descalificaciones.

Como padres no debemos manifestar ante nuestros hijos errores que observemos en el profesor. Lo mejor es decir al hijo que es necesario conocer las dos versiones. Por eso, procuraremos hablar con dicho profesor, antes de defender “a capa y espada” a nuestro hijo, e incluso, aun si tiene razón el hijo, le indicaremos que lo solucione con el profesor.


Ante un castigo determinado por un profesor, estemos de acuerdo o no con él, nuestro hijo debe cumplirlo, siempre que no atente contra su dignidad. Esto se extiende a cualquier determinación normativa de carácter escolar. Si un hijo nuestro es castigado en el aula debemos apoyar la sanción de la escuela e incluso darle continuidad en casa y, si es posible, ponernos en contacto con el profesor para acordar las medidas oportunas.


Debemos explicar a nuestros hijos que cuando surjan risitas en clase entre los compañeros, no sigan este juego. Supone una falta de respeto hacia el profesor, aunque directamente no se estén burlando de éste. Un modo de mostrar respeto hacia los profesores es procurar estar en silencio cuando entra al aula y animar a callarse al resto de compañeros.

En la edad escolar el ejercicio educativo debe basarse en la reflexión por parte del hijo, para que interiorice y haga suyo lo que se le indica.


Nuestro ejemplo como padres siempre es importante, nuestros hijos deben ver que luchamos y nos esforzamos por ser respetuosos con todos: Intentar no criticar delante de los niños, respetar las diferentes opiniones... Es aconsejable que examinemos los comentarios que realizamos acerca de los jefes, compañeros de trabajo, parientes... podemos faltar al respeto, siendo incongruentes entre lo que decimos y hacemos ante nuestros hijos.


Aun cuando pensemos que se ha cometido una injusticia con nuestro hijo, no podemos ser irrespetuosos con el profesor. Lo primero es no dramatizar ni sobreprotegerlo. Debemos animarle a que solucione él mismo el problema. Si a pesar de esto el profesor no “da su brazo a torcer”, será bueno que indaguemos para tener las dos versiones y actuar en consecuencia, siempre con buenos modales.